Y me parece una maravilla encontrarme con ese joven de 20-21-22 años.
Recuerdo las comas y los puntos de ciertos textos, desde luego con cierta vergüenza. Tomaba mucho, no trabajaba y tampoco estudiaba, mi vida básicamente se trataba de comer, dormir, fumar, tomar los fines de semana y meterme en problemas ocasionalmente.
Todas estas palabras son el testimonio de un joven estigmatizado por su familia, sus amigos y maestros. Estuvieron a punto de arruinarme la vida.
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