jueves

Acoto

Publicado el 9 de julio de 2020

Escrito, tal vez, en febrero de 2018

Que sé muy bien que voy a vivir siempre con el dolor, o con este hueco en el pecho, que me causa la pérdida del amor más puro que hay, que me hace pedazos recordar ese día en el hospital cuando me tomó la mano y me dijo llorando que no me quería dejar de ver, y que yo le contesté, deshecho también, que no, que eso no iba a pasar, que pronto volveríamos a nuestro hogar y que estaría bien, que cerrara los ojos y que viera su casa y que diera un recorrido; que sólo quería verla sonreír tantito porque tenía días de no hacerlo y que ese momento significó el nacimiento de esto que siento y que de vez en cuando se alimenta y crece a causa de esa temprana despedida; que la culpa a veces me ataca cuando pienso que si hubiera sido un buen hijo que no la defraudara y que siguiera el curso normal de la vida tal vez habría tenido los medios económicos para salvarla; que daría mi vida por la suya, que daría mi vida por verla aunque sea un instante, para abrazarla, para besarla, para olerla, para escucharla, para sentirla, para que fuera de nuevo en esta vida mi mamá.

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